Este mes de julio hemos iniciado las obras de una nueva vivienda unifamiliar en Bellver de Cerdanya. Se trata de una vivienda PEB (Positive Energy Building) con una superficie útil de casi 300 m2 que utilizará la madera como material principal de construcción, con una demanda energética tan baja que mejora incluso los estándares Passivhaus y que será capaz de generar más energía de la que necesita para su buen funcionamiento.

La vivienda se ha concebido inicialmente como una segunda residencia, con posibilidad de convertirse en residencia habitual en el futuro. Tiene un programa de cuatro dormitorios con baño, una zona de día con salón comedor cocina abierto, y un estudio en doble espacio sobre la zona de día. El sótano se ha concebido como un espacio flexible donde aparte de aparcar vehículos, haya condiciones de iluminación natural e incluso vistas, que permitan otros usos en este espacio. Se ha cuidado especialmente que la propia arquitectura de la casa contenga los elementos pasivos de protección solar que impedirán la entrada del sol en el interior de la casa durante las épocas cálidas, y en cambio permitirán el aporte solar dentro de la casa durante los meses fríos.

Toda la cubierta de la casa será fotovoltaica y se dispondrá de un acumulador de energía por las horas sin radiación solar. El sistema de producción de energía térmica y agua caliente sanitaria será a través de una bomba de aerotermia que se alimentará de la producción fotovoltaica. La calefacción será por suelo radiante y se dispondrá de un sistema de ventilación mecánica de doble flujo con recuperador entálpico de calor. Por los días más calurosos del verano, el aire de renovación que entrará en la casa se enfriará previamente mediante un pozo canadiense que transcurrirá a través del terreno de la casa.

La vivienda se equipará con un sistema domótico que permitirá a su propietario controlarla a distancia. La producción fotovoltaica constante a lo largo de todos los días del año permitirá mantener la casa a la temperatura de confort sin coste energético durante los meses de frío. De esta forma, cuando el propietario llegue en fin de semana, se encontrará la casa caliente y sin necesidad de remontar un salto térmico importante, como ocurre en la mayoría de segundas residencias del Pirineo.

Prevemos finalizar la estructura bajo rasante en septiembre y, antes de octubre, tener montada toda la casa de madera para poder continuar los trabajos bajo cubierto durante el riguroso invierno de la Cerdanya.

Agradecemos a Bernat, su propietario, la confianza depositada en GMG para desarrollar este proyecto tan singular.

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